A cargo del caso de Burns y Rafay: Inès.
En Vero apoya el trabajo de Innocence International en la defensa de Sebastian Burns y Atif Rafay.
Resumen del caso:
Fuente: Rafay-Burns Appeal
El 21 de julio de 2017
Traducción: Christian Velasco
En mayo del 2004, Sebastian Burns y Atif Rafay fueron condenados por el asesinato de los padres de Rafay (Tariq y Sultana) y su hermana Basma en Julio de 1994.
Tiempo antes de los asesinatos, la famila Rafay había inmigrado hacia Bellevue, Washington desde Vancouver (British Columbia). Su hijo Atif, de 18 años de edad, había permanecido lejos a causa de su primer año de estudiante en la Universidad de Cornell. Se encontraba visitando a sus padres en Bellevue junto a su amigo de secundaria, Sebastian. En la noche del martes 12 de julio de 1994, Atif y Sebastian tomaron el automóvil familiar. Fueron a cenar, vieron una película y luego fueron a un club nocturno. Su presencia en dichos lugares fue confirmada por empleados y otros testigos. Cuando ambos regresaron a casa de los Rafay alrededor de las 2 de la madrugada del 13 de Julio, encontraron a los padres de Rafay que habían sido aporreados hasta la muerte. La hermana de Afay también había sido atacada. A pesar de que se encontraba con vida, moriría más tarde en el hospital por la mañana.
Sebastian llamó al 911 y ambos cooperaron con la policía de Bellevue. Ellos dieron su ropa a los oficiales, y se sometieron a una prueba de fuente luminosa alternativa que es capaz de detectar cualquier rastro de sangre, pero no se encontró ninguna evidencia de sangre en ellos. Los muchachos fueron interrogados, sin ningún abogado presente, primero en el departamento de la policía de Bellevue, y más tarde en un motel que la policía había arreglado para ellos. El 14 de julio, los jóvenes brindaron declaraciones grabadas en video. El 15 de Julio, el consulado de Canadá obtuvo un permiso de parte de la policía de Bellevue para regresar a los chicos con su familia en Canadá. Sin embargo, los jóvenes no habían sido informados que más tarde ese día se llevaría a cabo un funeral para los padres de Atif y su hermana, y que los medios de comunicación presentarían la noticia como un acto desalmado de “cruzar la raya” sin respeto alguno por el funeral.
Días posteriores a los asesinatos, la policía del departamento de Bellevue recibió 3 consejos por medio de otras agencias de orden público; uno de Constable Gelinas procedente de la Policía Montada de Canadá (RCMP), otro de un informante del FBI, y finalmente uno de la División de Inteligencia de la policía de Seattle. El informante confidencial de RCMP le dijo a Constable Gelinas acerca de un hombre al que le habían ofrecido un contrato de $20,000 para matar una familia hindú, que anteriormente vivía en Vancouver, Canadá… y tuvieron que mudarse a Bellevue, Washington. El informante también mencionó a Gelinas que había escuchado esa información dos días antes que los asesinatos se llevaran a cabo. El oficial Gelinas contactó a los investigadores de Bellevue, Robert Thompson y Jeff Gomes (los investigadores principales en el caso de los Rafay), a los cuales comunicó esa información. Los investigadores de Bellevue viajaron hasta Vancouver, y tocaron 2 veces la puerta del sospechoso. Podía ser que no estaba en casa, o no quiso abrir la puerta. La policía de Bellevue regresó a los Estados Unidos de manera discreta. Aproximadamente 5 días después de los asesinatos, el departamento de la policía de Bellevue recibió una llamada del FBI, en la cual comunicaban que uno de los informantes daría información sobre el asesinato de la familia Rafay. El informante del FBI le dijo al detective Gomes, de la policía de Bellevue, que una facción activista Islámica había mencionado que el Dr. Tariq Rafay merecía morir por sus creencias y enseñanzas sobre el Corán. El informante del FBI también dijo que muchos días después de los asesinatos un miembro activo de dicha facción Islámica llegó a su casa, y estaba preocupado que hubiera visto un bate de beisbol, que él y otros tipos cargaban en su automóvil. Por esta razón, el informante del FBI creía que el bate había sido el arma de los asesinatos, lo cual resultó ser cierto.
Con esta información los investigadores de Bellevue entendieron que el informante del FBI conocía la identidad del objeto antes de que la información se hiciese pública. El informante brindó nombres, direcciones, y números de teléfono a la policía. Sin embargo, los investigadores de Bellevue nunca siguieron las pistas. La División de la Policía de Inteligencia llamó al departamento de policías de Bellevue, y les dijo que tenían información sobre una organización radical militante, que podría estar involucrada con los asesinatos. Sin embargo, la policía de Bellevue tampoco dio seguimiento a esa información. No interrogaron a ningún miembro de la comunidad Islámica en Bellevue para ver si el Dr. Rafay tenía algún conflicto con musulmanes que residían en el área.
En enero de 1995, la RCMP se juntó con la policía de Bellevue, y ambos decidieron iniciar una operación muy oscura (éticamente hablando) pero precisa para obtener confesiones por parte de Sebastian y Atif. La RCMP ya había practicado desde hacía mucho tiempo una técnica encubierta conocida como Mr. Big, en la cual los sospechosos son reclutados para formar parte de actividades criminales ficticias, bajo las órdenes de un jefe criminal ficticio, llamado Mr. Big. A través de estas actividades, oficiales encubiertos de la RCMP se ganan la confianza de los sospechosos hasta que se obtengan confesiones para resolver crímenes que no han sido resueltos. Tanto la ética en las tácticas de Mr. Big, como la veracidad de la evidencia recopilada han sido puestas en tela de juicio, ya que dichas tácticas son consideradas ilegales en la mayoría de países. Los oficiales encubiertos de la RCMP atrajeron a Sebastian a participar en actividades criminales ficticias en abril de 1995, con la promesa de recibir dinero. Luego, continuaron desarrollando una relación con él en los meses posteriores. Al hacer esto, tomaron ventaja de la inmadurez de un joven adolescente de 19 años, logrando que Sebastian se sintiera importante y confiable. Eventualmente Atif y otro amigo, Jimmy Miyoshi, fueron atraídos.
Los oficiales encubiertos de la RCMP convencieron a los jóvenes de que podían lograr desaparecer toda evidencia que los involucraba en los asesinatos, si tan solo probaban ser dignos de confianza al entregar una confesión grabada en video a los asesinos. Los dos jóvenes, sintiéndose intimidados por estos “criminales” adultos, obedecieron.
A pesar de que estas tácticas son ilegales en los Estados Unidos, las cortes de Washington permitieron al jurado reproducir las confesiones grabadas. Más tarde Jimmy Miyoshi, quien no había dado una confesión grabada, recibiría inmunidad del cargo de conspiración para cometer homicidio, en recompensa de sus declaraciones incriminando a Sebastian Burns y Atif Rafay.
En julio de 1995, Sebastián y Atif fueron encarcelados en instalaciones de máxima seguridad ubicadas en Vancouver, donde permanecerían durante los próximos seis años antes de su juicio. En marzo de 2001, Sebastián y Atif fueron extraditados a los Estados Unidos. Ellos fueron condenados por tres cargos de asesinato en primer grado en mayo de 2004. La decisión fue apelada en 2011, pero la solicitud de apelación fue anulada por la Corte Suprema del Estado de Washington.
En julio de 2014, la Corte Suprema de Canadá dictaminó que existen limitaciones en la admisibilidad de las pruebas obtenidas a través de las operaciones de Mr. Big. Como resultado, varias condenas de las últimas décadas pueden ahora ser elegibles para apelación, incluyendo el caso de Rafay-Burns. En octubre de 2014, se presentó una nueva apelación.
Noticias:
- Noticia del 30 de junio de 2020: ‘The Confession Tapes’ re-abre el caso de triple asesinato de Sebastian Burns y Atif Rafay (Seattle Weekly, trad.)
- Noticia del 1 de junio de 2018: Rafay y Burns: Actualmente 3 proyectos inocencia los consideran inocentes (CBC News, trad.)
- Noticia del 14 de enero de 2017 (ACDV EDIT, trans.)