Fuente: El Torque y Zocalo vía MXporFCassez
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Publicado el 15 de mayo, 2014
México, DF.- Brenda Quevedo Cruz asegura que fue torturada, por primera vez, en el Centro Preventivo de Readaptación Social de Santiaguito de Almoloya, en el Estado de México, la noche del 27 de noviembre de 2009 a las 19:00 horas, cuando una custodia la llevó a una sala de audiencia.
Al llegar a dicha sala, ella refiere “que al abrir la puerta vio a tres hombres volteados hacia la ventana. Recibieron una orden, se pusieron el pasamontaña y fueron hacia ella”, cuenta Enriqueta Cruz Gómez, madre de Brenda Quevedo Cruz, al Toque de RNW, y añade que por más que Brenda le pidió a la custodia que la llevaba del brazo que no la dejara sola, ésta hizo caso omiso.
Una vez dentro, continúa Cruz Gómez, asegura que los hombres le preguntaron si ella sabía de parte de quién venían, ante lo cual Brenda respondió que de parte de la señora Isabel Miranda de Wallace. Inmediatamente la empezaron a insultar, después le pusieron una bolsa en la cabeza y la comenzaron a asfixiar.
Según Brenda Quevedo, los agresores le advirtieron que no intentara gritar porque todos estaban de acuerdo, desde el director del Penal hasta los vigilantes, por lo que nadie la escucharía.
“Le jalaban los cabellos, le ponían cerca una grabadora y le decían que estaban ya cansados de sus tonterías y si le quitaban la mano de la boca y decía una estupidez le iba a ir peor. Ella empezó a llorar y ellos volvieron a pegarle, a taparle la boca y le gritaban que no se hiciera la valiente, ya que le iba a ir peor y que se iban a quedar toda la noche”, narra Enriqueta Cruz.
Sangre con VIH
Asimismo, asegura que los hombres la amenazaron con que iban a sacarla del Penal y luego empezaron a tocar sus genitales y los pechos con brusquedad. Después le mostraron una jeringa con un líquido rojo y le afirmaron que era sangre infectada con VIH y si no les decía que ella era responsable del secuestro, al igual que los demás implicados, se la iban a inyectar cada mes hasta que firmara la confesión de que ella era responsable del secuestro, cuenta la madre de Brenda Quevedo, y añade que esta táctica transcurrió a lo largo de hora y media, hasta que los vigilantes del Penal tocaron a la puerta.
La segunda ocasión en la que Brenda Quevedo Cruz asegura que fue torturada, fue el 13 de octubre de 2010 al mediodía, en las Islas Marías. Afirma que entre cinco y seis hombres fueron al lugar donde se encontraba incomunicada, una casa a medio construir. La tortura, asegura Cruz Gómez, “fue tremenda, independientemente de los golpes, el agua en la nariz, de las bolsas de asfixia, fue una violación”, y añade que Brenda asegura que ella sentía que algo le metían en la vagina mientras estaba esposada.
Al cabo de un tiempo los hombres se retiraron, pero antes de irse uno de ellos le dijo a Brenda que repitiera la razón por la que ella estaba ahí, ella respondió que era por el secuestro de Hugo Alberto Wallace y el hombre respondió: “¡No, para ti es el señor Hugo Alberto Wallace!”, acompañando sus palabras de un fuerte golpe en la cara de Brenda.
“Por todo lo que le hicieron; el ahogamiento, los toques eléctricos, la bolsa, la amenaza y la violación. De todo esto, obviamente sí quedó muy afectada mi hija, eran ya dos torturas”, explica la madre de Brenda.
Brenda fue trasladada a las Islas Marías a pesar de que aún no tiene sentencia. Para Enriqueta Cruz y su familia fue como si hubiera sido secuestrada y asegura que transcurrieron más de 40 horas antes de que les dijeran a dónde se la habían llevado.
Enriqueta Cruz Gómez denunció hace un año al ombudsman de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), el Doctor Raúl Plascencia Villanueva, ante el actual procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, por omisión ante el caso de tortura de su hija.
Ella cuenta que cuando Brenda ya había sido reubicada en el penal de máxima seguridad en el estado de Nayarit, después de lo ocurrido en las Islas Marías, empezaron a castigarla sin motivo, por lo que la señora Cruz Gómez empezó a enviar nuevamente solicitudes y quejas a la CNDH. Brenda fue trasladada entonces a un cuarto de castigo llamado “El Apando”, un área muy pequeña de dos por tres metros que tiene un foco, una cámara, el WC y la regadera.
‘El Apando’
“La veían todo el día como un animal, no la sacaban para nada, señala la madre de Brenda, y añade que estuvo allí dos meses.
“En una conversación mantenida entre Brenda y la psicóloga que la valoró en las Islas Marías, descubrieron que a la CNDH había mentido en un escrito fechado en septiembre de 2011, en el que les informaban que los resultados de la investigación en Islas Marías indicaban que no había ocurrido nada”.
Al escuchar esto la psicóloga dijo que eso no era posible, puesto que ella hizo la valoración bajo los criterios del protocolo de Estambul en julio de 2011 y había salido positiva. “La CNDH ocultó esa información y permitieron que se llevaran a Brenda a ‘El Apando’, el cuarto de castigo”, dice Enriqueta Cruz, y añade que cuando estuvo allí le vino una crisis nerviosa a su hija porque pensaba que la iban a volver a torturar, por eso demandamos al Doctor Plascencia”.
Enriqueta Cruz no puede decir con certeza por qué actuó de esa manera la CNDH, pero sospecha que fue porque ella se enteró a través de la prensa de que Isabel Miranda de Wallace había promovido al Doctor Raúl Plascencia Villanueva para que lo nombraran ombudsman, y además “hemos pensado y se ve muy claro que todo lo que hicieron en 2010 y 2011 fue porque estaba por entregar el Doctor Plascencia Villanueva el premio de Derechos Humanos a la señora Wallace”, señala Enriqueta Cruz.
En cuanto al estado físico, psíquico y emocional actual de Brenda, asegura que “está saliendo poco a poco” y añade que apenas la integraron en terapia con una psicóloga, pero en realidad está muy sola y se está apoyando en la Biblia. Además, comenta que no le están dando una buena atención médica”.
Reportan casi 25 mil desaparecidos
Raúl Plascencia Villanueva, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), informó en el Senado de la República que el organismo que preside registra 24 mil 800 personas desparecidas desde 2005 a la fecha y, de acuerdo con la evidencia recabada, en 612 casos las autoridades del Estado mexicano están directamente involucradas.
El ombudsman nacional precisó que en 267 casos hay indicios de que miembros de la delincuencia organizada participaron en su desaparición, mientras que en mil 264 casos no se podría descartar la participación de la delincuencia organizada y también de las autoridades policiacas.
En su participación en la Cámara alta, Plascencia Villanueva también dio a conocer los informes sobre mujeres en reclusión y hospitales psiquiátricos.
Víctimas de la delincuencia
El titular de la CNDH denunció que en materia de penales se ha incrementado el autogobierno, y urgió modificar las instalaciones donde se encuentran recluidas las mujeres, ya que presentan condiciones deplorables.
El ombudsman nacional dijo –durante la reunión de trabajo que sostuvo con la Comisión de Derechos Humanos del Senado– que durante 2013 visitó a 2 mil 700 estaciones migratorias y tuvo contacto con más de 80 mil migrantes, los cuales, muchos de ellos, manifestaron que son víctimas de la delincuencia común y organizada.
En el caso de atención a periodistas, Plascencia expuso que este organismo recibió el año pasado 70 casos de presuntos agravios contra periodistas.